El Alto de Bobalí es un territorio conformado por 23 veredas, consideradas las más distantes del municipio de El Carmen, y para su acceso es más fácil hacerlo por el municipio de Curumaní con una distancia desde la cabecera municipal surcesarence de 4 a 7 horas en vehículo y posteriormente a pie.
Hasta ese apartado lugar llegó en su primer año de gobierno el alcalde EDWUIN HUMBERTO CONTRERAS CHINCHILLA, quien se comprometió a entregar una de las obras más solicitadas por la comunidad: UNA ESCUELA para la vereda El Edén jurisdicción del corregimiento Playas Lindas.
Desde ese momento comenzó la articulación de este proyecto que logró el apoyo de Colombia Transforma. Se estructuró la propuesta, se hizo las visitas correspondientes y comenzaron las obras con el aporte de la Alcaldía, Colombia Transforma y la comunidad que entregó más de 2.000 viajes a lomo de mula para el transporte de los materiales.
Adelaida Cáceres Cárdenas, habitante de la vereda recuerda cómo hace más de 15 años debido a las incursiones violentas de grupos de autodefensas, El Edén dejó de ser un paraíso, para convertirse en un desierto. Hace 4 años empezaron a regresar las familias poco a poco, y con un grupo de 10 niños hicieron las gestiones para comenzar un trabajo educativo y lograron la asignación de docente.
Virgelina Tarazona Maldonado, es la docente que hoy atiende a 12 niños en este establecimiento educativo con quienes disfruta un ambiente de paz, alegría y amor con una comunidad que, aunque apartada, es ávida de aprendizaje.
Damián Caballero Villegas, tiene 38 años de vivir en El Edén y recuerda cómo el año 1985 empezaron a construir una escuela que para ese momento era en tabla, como es característico en la mayoría de las viviendas de esa comunidad. Recuerda con nostalgia el momento de la demolición, pero disfruta la obra que significa desarrollo para las nuevas generaciones.
Oscar Emiro Quintero, es Coordinador de Desarrollo Comunitario El Carmen y delegado del alcalde para este sueño hecho realidad en El Edén; una obra con una millonaria inversión que da paso a una mirada profunda de atención al Bobalí por parte de futuras administraciones, que hoy carece de señal telefónica, energía y vías carreteables.
Los niños de la comunidad de El Edén disfrutan de un salón de clases habilitado, cocina, espacio para restaurante, suministro de agua, baterías sanitarias para niños y niñas, habitación con baños internos para la docente, encerramiento y un espacio saludable para disfrutar la enseñanza académica que podría avanzar a una pos-primaria.